¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?
Desde luego que no, el aprendizaje debiera ser reconocido y medido cuando vemos los cambios que genera en la vida del aprendiz; cuando observamos transformaciones, como lo dice Xavier Vargas. Y no limitarse a contenidos, ya que su medición puede ser subjetiva y pueden llegar a subestimar las capacidades de un alumno, El aprendizaje por competencias propone que el joven debe ser colocado en determinada situación, incitándolo al descubrimiento y a la construcción de su propio aprendizaje, de tal forma que sea movido a la acción, para que asimile en forma distinta su realidad, que comprenda que enfrentando situaciones problemáticas en las cuales sus necesidades se ven afectadas, el en forma autónoma mediante un acto mental de apropiación, movilice organizando esquemas sus actitudes, habilidades, conocimiento, valores, e incluso sus emociones para aplicarlos a la situación que esta viviendo y entonces haga los cambios necesarios para enfrentar su nueva realidad.
Cuando evaluamos a un alumno, debiéramos medir ese acto mental de apropiación, valorando todo ese proceso que le llevó a producir cambios y transformaciones.
El correcto aprendizaje lo lleva a escalar niveles, a enfrentar nuevos retos y nuevos saberes; cuando el aprendizaje no se aplica a la vida misma, y solo evaluamos contenidos y los usamos como un logro para el mundo del trabajo, el aprendizaje será solo operativo.
Ahora bien, ¿porqué cambios?, porque si no hay cambios entonces el aprendizaje no logro su objetivo, entonces el facilitador debe colocar al joven en otra situación para que reinicie su aprendizaje, “No enseñándole a nadie directamente, solo podemos facilitar su aprendizaje” como dice Idem, siendo la mejor ayuda del docente escucharlo, para que el solo, de acuerdo a sus procesos mentales construya o modifique lo aprendido.
Y como dice también el autor; “el aprendizaje situado es un reto a enfrenar”; dependerá del docente, de sus experiencias, conocimientos, de su entorno y de sus valores, para que ubique a cada joven en el contexto indicado para que quiera aprender. Aunque la realidad que se vive en cada plantel es muy variada, hay docentes que conocen de competencias, otros que conociéndolas se resisten al cambio, y los que se quedaron situados en el siglo XX.
En mi practica docente, debo reconocer que me falta mucho camino por recorrer, se me complica situar a mis alumnos en las materias que son muy practicas, como la contabilidad utilizo muchos ejercicios y algo de memorización; no me paso lo mismo con las materias que son teóricas donde utilizo estrategias muy variadas, como estudios de casos y problemáticas simuladas en la vida real e incluso ellos mismos las crean y las critican en forma de retroalimentación.
En el aprendizaje por competencias, no solo los alumnos deben cambiar, es determinante que cada maestro este dispuesto a aprender y modificar sus estructuras para que el aprendizaje que imparta impacte a sus educandos.